lunes, 31 de marzo de 2008

La que se nos viene encima...

En la biblioblogosfera angloamericana la cosa está caliente. Se masca tensión en el ambiente sobre un tema que ciertamente nos afecta y sobre un problema al que nos tendremos que enfrentar más pronto que tarde si no lo estamos haciendo ya: la licenciatura en ByD. ¿Se le debe exigir a un profesional? ¿Debe ser un extra? ¿Debe de requerirse pero sólo para los puestos de mayor envergadura? Una situación que aún no se da en todo su apogeo en España pero que sin duda alguna está emergente. La razón por la que no ha ocurrido es porque es ahora cuando se está dando el cambio generacional entre los profesionales que no son licenciados y los recién licenciados que se incorporan al mercado laboral.

En Estados Unidos la cosa va a más, pues existe lo que se denomina comúnmente el MLS (Master on Library Science), un título que otorgan los colegios bibliotecarios homologados por la ALA con el fin de preservar la calidad en la formación que reciben los profesionales. La polémica llega cuando este título se convierte en una barrera que crea estamentos sociales dentro de los propios trabajadores: la plebe (los que no tienen el MLS y no tienen posibilidades de alcanzar los grandes puestos) y la nobleza (los bibliotecarios con MLS que suelen ser los que mandan). De hecho hay hasta una especie de burguesía, profesionales con el MLS que simpatizan con la plebe y son éstos los que, en mi opinión, están creando la polémica.

Aquí en España los recién titulados y los que pronto lo seremos solemos decir: 'Esto es una profesión, es un gremio, hay que exigir la titulación, evitar el intrusismo laboral, fomentar la formación de buenos profesionales...' Mientras que los bibliotecarios, los profesionales, los que trabajan responden: 'sí claro, lo que tu digas, llevo trabajando aquí 10 años, tu no tienes ni puñetera idea y con cinco años en la facultad ya te crees que puedes venir exigiendo, en una profesión eminentemente práctica uno no puede venir con sus manuales recién aprendidos y creerse el rey del mambo, a callar, y sobretodo, a aprender a trabajar...'

Para ser sincero, yo no me sitúo en ninguna de estas posiciones, digamos que aún no estoy en el mapa y me abstengo de opinar hasta que tenga algo que aportar. Pero viendo la que se nos viene encima lo que está claro es que el tema no es fácil. Nos enfrentamos por una lado al buen hacer de una asociación que quiere primar el esfuerzo y la calidad de unos profesionales que han estado durante una serie de años formándose para poder desempeñar una profesión y por otro a un colectivo muy importante completamente heterogéneo, en el que hay gente muy valiosa y muy capaz de ocupar puestos importantes y de gente que cayó en esta profesión porque Dios lo quiso así.

Por ello, seguir la polémica suscitada en blogs como el de Meredith Farkas o los dos posts de Liminal Librarian sirve para, de algún modo, viajar al futuro y ver lo que va a ocurrir. Y para poner la guinda, siempre está, cómo no, la deslenguada Annoyed Librarian, una especie de Robin Hood, noble de nacimiento que lucha para ayudar a la plebe. Porque claro, en Estados Unidos lo que se ha hecho es establecer un auténtico gremio profesional que fortalezca la profesión como tal, lo que ocurre es que un sector de ese gremio está cuestionando las bases en las que se sustenta. Annoyed Librarian llega a decir que se podría medir el coeficiente intelectual de los bibliotecarios preguntándoles cómo les pareció el Master: si les pareció difícil, son unos inútiles. Meredith Farkas, mucho más diplomática y señora, considera que hay ciertas posiciones que sólo deben ocupar aquellos que tengan el MLS, pero que hacer una división entre los que tienen el título y los que no lo tienen es un craso error.

En fin, El post que originó todo esto ya lleva 81 comentarios y sigue...

2 comentarios:

  1. Buen post, Nico.

    Aquí la discusión se suscita cada poco, según la guerra que dé cada asociación regional, pero evidentemente el colectivo profesional es más fuerte que el de titulados en ByD, por lo que la titulación tan sólo es requisito imprescindible en algunas CCAA españolas o para algunas categorías profesionales.

    La caida de las carreras de ByD no presagian precisamente una posición de fuerza para negociar con las administraciones públicas el tema de la titulación.

    ¿Qué fuerza pueden tener unas carreras, que, aunque jóvenes, llevan ya más de 20 años en la universidad, que apenas tiene alumnos y ninguna visibilidad en la sociedad?

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  2. Claro, de hecho no creo que aquí se llegue a establecer del modo en el que se ha hecho en Estados Unidos. Eso de que sea la asociación nacional la que avale a los colegios universitarios con mencion "de calidad" y que esto sirva como plus de cara al mercado laboral.

    Pero no deja de ser curioso cómo aún así, estando la profesión y la titulación mucho más desarrolladas allí, siguen existiendo polémicas propias de una profesión que aún no tiene una personalidad definida. A veces parece que estamos mezclando peras con manzanas y haciéndolas pasar por plátanos cuando no debiera de ser así.

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