miércoles, 6 de diciembre de 2006

Mi guía de recursos para la empresa

A la hora de hacer una guía de recursos ¿qué resulta más útil de cara al usuario, una base de datos con las limitaciones que tienen los gestores documentales en su lenguaje de recuperación o una página web que mediante un directorio de categorías relacionadas por hiperenlaces vayan guiándonos a la información que precisamos? En mi opinió, y al tratarse de una guía de recursos, es mucho más útil la segunda opción.
Cabría preguntarse entonces el por qué del poco uso que tienen los directorios de los grandes metabuscadores, tales como el de Google, pero la respuesta es evidente, Google pretende englobar toda la web. Sin embargo, cuando se trata de una colección tan reducida (en comparación), resulta mucho mejor hacerlo de un modo intuitivo antes que obligar al usuario a hacer búsquedas infructuosas y perder el tiempo buscando cosas que simplemente no tenemos.
Por tanto, una vez nos declinamos por un directorio de categorías, hemos de establecer dichas categorías. En mi caso, la guía está orientada a empresas de no importa qué sector, por lo que hay ciertas temáticas que descarto (literatura, compras, etc.).
De este modo, partiríamos de una estructura inicial formada por seis grandes bloques que se irían desglobando. Estos bloques serían:
  • Medios de Comunicación: dividido en Nacionales, locales y extranjeros que a su vez se dividen en generales o de economía.
  • Ciencias: dividido en Ciencias de la Tierra, Ciencias Aplicadas, etc. donde también hay otro apartado llamado Enseñanza e Investigación en el que se situarían las universidades, escuelas, etc.
  • Directorio de Empresas: organizado alfabéticamente.
  • Referencia: dividido en Diccionarios, Enciclopedias y Mapas.

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