miércoles, 30 de enero de 2008

El culto al dospuntocerismo

La bestial incursión de las nuevas tecnologías en el ámbito documental y bibliotecario ha creado una enorme brecha también entre los profesionales. Una brecha tanto formativa como de opiniones. Las aplicaciones y las herramientas se suceden una tras otras, la terminología nace y muere a una velocidad pasmosa y a muchos no les da tiempo más que de quedarse con algún que otro nombre en el mejor de los casos

El año pasado dio la impresión de ser el año de la Web 2.0 y de la Biblioteca 2.0 en España. En todo foro, congreso o conferencia el tema se trataba con mayor o menor acierto. De hecho este gráfico, obra de Dídac Margáix y que presentó en el último foro de la AAD muestra claramente el camino llevado por esta Web 2.0 y esta Biblioteca 2.0.


Él afirmaba que entonces nos encontrabamos en la cresta, pero que ya estaban empezando a surgir las primeras críticas que con el tiempo arreciarían hasta acabar con todo este movimiento. Tras un momento de calma, la situación se estabilizaría tomando de la Web 2.0 y de la Biblioteca 2.0 aquello que realmente fuera útil y olvidando el resto.

En este contexto, Annoyed Librarian, siempre mordaz e irónico, se lanza al agua y ataca a los dospuntoceristas sin compasión alguna. Dice que se trata de un estúpido culto formado por los viejos profesionales, entusiasmados con todo lo nuevo y que rápidamente captan la atención de los más jóvenes estableciendo una especie de secta en la que, por un lado desprecian, y por otro, animan a los nuevos profesionales a seguir esta nueva religión. Los desprecian porque no los consideran verdaderos dospuntoceristas y los ániman porque consideran que deben guiarlos por el buen camino.

Todo surge a raíz de un post en el que se indican las razones por las que la Biblioteca 2.0 se está degradando y en el que se anima a volver a las raíces. Da la sensación de que los gurús de este movimiento se están quedando poco a poco sin fuerzas y que, tal y como predijo Dídac, la moda está pasando.

De modo que es el momento, al menos en mi opinión, de dar paso a la pragmática y coger lo bueno de esta moda y tirar el resto. En realidad, el año de la Web 2.0 debe ser éste, el 2008, cuando pase de ser pura teoría y verborrea y se convierta en realidad.

¿Por qué?

Aquí la respuesta.

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