martes, 30 de septiembre de 2008

Con el agua al cuello

Coincide prácticamente la publicación del post de Álvaro en el que comenta las conclusiones del artículo Las cifras de la enseñanza universitaria en Documentación en España: 2006 de Emilio Delgado y Mercedes de la Moneda con el comienzo de un curso que se presenta bastante determinante. Yo soy de una promoción ya decadente por lo que se ve. Oigo por ahí, como si de una leyenda se tratara, que hubo tiempos mejores, tiempos en los que las aulas se llenaban, en las que había gente en los pasillos (y no porque se hubiesen perdido). Desde que comencé la carrera asumí que me había metido en el lugar más remoto del campus, siempre di por hecho que, al preguntarme qué estudiaba, la siguiente pregunta sería "¿Eso qué es?". Como contrapeso, siempre me animé diciéndome que estábamos en la era de la información y del conocimiento, que no había nadie en mi carrera no porque no sirviese para nada, no porque fuera fea o aburrida, sino porque nadie se había dado cuenta de la oportunidad que suponía de cara a un futuro prometedor y los que sí que se habían dado cuenta lo guardaban en secreto.

Lo cierto es que sí que es una carrera bonita y sigo pensando que tiene mucho futuro (¡ingenuo de mí!), pero nadie se da cuenta y nadie hace nada. Lo siento Marcos pero no estoy en absoluto de acuerdo contigo, no hay sobreoferta formativa, lo que hay es un plan de estudios obsoleto, un mal plan de marketing y unos objetivos enfrentados. Aquí no estamos hablando de que los alumnos que se licencien salgan sin trabajo, sino de que prácticamente no hay alumnos que se licencien, de hecho, tengo muchos compañeros que se largaron al acabar la diplomatura porque encontraron trabajo. Evidentemente no salimos con una oferta de 2000 € al mes sobre la mesa, pero sí que hay trabajo.

Lo que hace falta es sentarse y ponerse a trabajar de forma seria y responsable para darle la vuelta a la situación. Porque decir que hay más oferta que demanda no es más que ignorar el problema, que la carrera siga siendo desconocida después de más de veinte años en funcionamiento demuestra que algo falla, que hemos sabido hacer marketing.

Ya digo que yo estoy acostumbrado a participar en clases de entre 8 y 20 personas, pero aún así este año la verdad es que me veo buscando amigos en ebay para que me acompañen a clase, porque por lo que he oído hay como 8 ó 9 matriculados y hoy solamente estábamos dos en clase. Lo que me pregunto yo es si ya es demasiado tarde para arreglar la situación. Es cierto Marcos (y perdona que te dé la vara), que con el nuevo marco europeo, se deshechan las carreras que no son rentables, la pena es que se desheche una carrera que podría ser muy rentable y que no lo es porque se ha decidido actuar cuando ya era demasiado tarde.

5 comentarios:

  1. Hola
    Ya en el post de Alvaro le había comentado que creo que esto tiene más que ver en la forma en la que nos hemos promovido, como tú dices, tiene más que ver con marketing.

    Insisto en que las aplicaciones 2.0 nos están ganando la partida, no hemos sabido utilizarlas en nuestro favor. En México también somos pocos los matriculados, pero es evidente que los que están fuera del universo del bibliotecario a veces ya no sólo te dicen "ah! eres el que acomoda los libros", ahora también te dicen "con internet no crees que los bibliotecarios ya son obsoletos?"

    Entonces, a mi no me parece extraño que cada vez haya menos personas que quieran estudiar en esto, menos personas que vean la utilidad de los bibliotecarios encontrando herramientas más sencillas para acceder a la info.

    Qué estamos haciendo mal? por qué cada día somos menos? estoy convencida que somos nosotros mismos quienes no hemos sabido defender nuestra profesión y hacerla visible (realmente visible) al exterior.

    Saludos

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  2. De acuerdo contigo, Nico. No creo que haya mucha voluntad política (quiero decir, político-académica) por revertir esta situación. La inercia del mercado académico pues determinará que haya más o menos alumnos, y los de arriba decidirán si las carreras son o no rentables.

    En fin, de esto hemos hablado muchas veces, en los blogs y en la facultad, y el caso es que solemos estar de acuerdo en el diagnóstico y en el remedio, pero nadie parece encontrar a un buen doctor :-)

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  3. Hola

    Veo que a más de uno nos ha dado por reflexionar sobre el post de Álvaro.
    Desde luego la solución ni es evidente, ni fácil, ni única, pero no creo que sea solo cuestión de marketing sino de la adecuación de la formación a las necesidades reales de nuestra profesión.
    Y sin querer poner poner palabras en su boca, quizá por aquí podría ir la intervención de Marcos.

    Saludos

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  4. ¡Oh un debate transversal como los de antes! ¡Cómo los echaba de menos!

    :-P

    Sí, hay sobreoferta académica. Tú mismo lo dices al aseverar que hace un plan de marketing y que hay que difundir la profesión. Si no existe demanda, por parte de los alumnos, ¿para qué tantos profesores?

    Una de las muchas razones por las que abrí el blog fue aumentar nuestra visibilidad. La mía y la del resto del colectivo, por supuesto. Algo que no nos cansamos de reclamar pero que nadie es capaz de movilizar a todos los actores implicados.

    La obsolescencia, la caducidad de los contenidos también está machacando las aspiraciones de muchos futuros estudiantes que no encuentran acomodo en la empresa privada porque obviamente no dan el perfil respecto a lo que el mercado laboral les exige.

    Es cruel pero completamente real. En Valencia, muchos de los bibliotecarios que no habían estudiado la carrera de Biblioteconomía y Documentación llaman a los estudiantes de la Diplomatura "Diplodocus" porque sus conocimiento y expectativas laborales no se ajustan al mercado ni siquiera en el sector público.

    Es completamente necesario y lavado de cara integral de una profesión que descubre con estupefacción que en una sociedad que busca la comodidad sobre todas las cosas no va a desplazarse hasta una biblioteca para que le presten un libro.

    Hay que ofrecer servicios añadidos e innovar, sobre lo que se sustenta la Biblioteca 2.0 aunque la recubran de tecnología, experimentar y escuchar. Convertir a la biblioteca en algo atractivo y mucho mejor, divertido para todas las edades.

    Y sí, hay mucho empleo en ByD, pero de bastante mala calidad y mal remunerado, por lo menos en la zona en la que yo me muevo.

    http://www.documentalistaenredado.net/693/el-empleo-en-biblioteconomia-y-documentacion-mucho-y-malo/

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  5. Uvejota, muy acertada tu pregunta "¿qué estamos haciendo mal?", porque si se trata de una situación generalizada quiere decir que lo que sea que estemos haciendo mal, lo estamos haciendo todos.

    Álvaro, es que parece que cuando salen los temas salen de golpe. La verdad es que sí que es un tema bastante trillado, pero es que ha sido pura coincidencia con un comienzo de curso especialmente decepcionante. Pero bueno, si al final la cosa acaba mal, tal vez sea porque nosotros nos lo hayamos buscado en mayor o menor medida.

    María Elena, un placer leerte por aquí. La verdad es que sí que hace falta mucho más que marketing para arreglar esta situación. Tal vez lo primero sería hacer lo que nos recomienda Javier Leiva: "Ser reconocidos por nosotros mismos".

    Marcos, es que yo no creo que la razón por la que hace falta marketing sea porque haga falta darnos a conocer. Conocernos sí que nos conocen, lo que pasa es que tenemos mala prensa. La gente sigue pensando que de aquí solo salen bibliotecarios y que los bibliotecarios son tipos antipáticos y aburridos. Hace falta acabar con esos "diplodocus" de los que hablas, algo que habéis dicho los cuatro: remodelar esos planes de estudios obsoletos y acabar con esa enorme brecha que existe entre la formación que recibimos y la profesión.

    En fin, un abrazo a los cuatro y a seguir dando guerra!!

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