Al igual que mi vecino, me encuentro estos días repasando un informe de la OCLC publicado a finales de 2009. En mi caso, se debe a que me encuentro estos días inmerso escribiendo un artículo que me han pedido con motivo de mi participación en el New Professionals Conference, el pasado mes de julio.
Ahondando en el tema de las salidas profesionales (que parece que se está convirtiendo en mi tema) e intentando documentarme un poquito me topé con este interesante documento titulado “Scholarly Information Practices in the Online Environment” [pdf]. El objetivo del mismo es dar al profesional de la información, y más concretamente al bibliotecario universitario y documentalista de centros de investigación, una visión del proceso que siguen los investigadores al documentarse y al producir artículos científicos. La idea consiste en comprender mejor el funcionamiento de las comunidades científicas teniendo en cuenta las diferencias de comportamiento que existen entre disciplinas.
La estructura del informe es muy clara y va siguiendo cada uno de los pasos del investigador: búsqueda, recolección, lectura, escritura, colaboración, monitorización, apunte de notas, traducción y toma de datos.
Entre los comentarios que va haciendo caben destacar los siguientes:
- El desconocimiento del bibliotecario del comportamiento de sus investigadores y el desaprovechamiento de un campo en el que su labor podría ser de gran valor.
- La importancia de las nuevas tecnologías en los cambios que se están produciendo en las costumbres del investigador. No solo a la hora de buscar (sólo existe Google), sino también en otros aspectos: comunicación entre compañeros, colaboración, monitorización y sistemas de alertas (a través de RSS o alerta de email), etc. Así como en otros aspectos como la forma de buscar (estrategias de búsqueda nada complejas con mayor número de errores). Se lee de manera transversal una mayor cantidad de artículo y en menor profundidad, se prefiere el formato pdf al html y el resumen cobra mayor relevancia y es más utilizado como paso previo antes de pasar al texto completo (cuyo acceso in situ es indispensable).
- Las recomendaciones de lecturas por parte de colegas son muy valoradas y cada vez más frecuentes gracias a las listas de distribución y los sitios de redes sociales tipo Facebook.
- También empieza a notarse un auge en estudios interdisciplinares, arrastrando consigo los consecuentes problemas terminológicos que se derivan de ello y entorpeciendo la recuperación de información relevante.
- Los investigadores valoran mucho más las colecciones bibliográficas personales que las que ofrece la biblioteca, es más, de los estudios realizados en este tema, se desvela un gran valor potencial que dichas colecciones tendrían para otros investigadores.
- Aumenta la colaboración entre investigadores en parte debido al uso de las tecnologías de la comunicación, siendo el tema de la coordinación indispensable a la hora de llevar a cabo una investigación (sobretodo cuando se trata de investigaciones de naturaleza interdisciplinar).
- La traducción de términos de otras disciplinas como consecuencia del aumento en investigación interdisciplinar es cada vez más común y necesaria. Aquí añadiría yo también, la traducción a otros idiomas como otra de las tareas, sobretodo para comunidades no anglosajonas como es nuestro caso.
En resumen, se trata de tareas donde la biblioteca puede incidir para ayudar al investigador en su labor y mostrar el valor añadido que supone contar con la ayuda y el asesoramiento de un bibliotecario.
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