jueves, 28 de diciembre de 2006

La regla del 98%

Al tomar conciencia de la existencia de una larga cola en el nuevo modelo económico que Internet está abriendo, parece que todo el mundo se ha revolucionado. El hecho de que un vídeo casero le haga la competencia al nuevo trailer de una superproducción de Hollywood, de que nuevos cortometrajes acaparen la atención del personal ha dado mucho de qué hablar. Y ha dado mucho de qué hablar precisamente porque se trata de un modelo extrapolable a todo lo que tenga relación con Internet. Los periodistas ya lo saben, hasta hace relativamente poco la regla del 20/80, aplicable prácticamente a todo, - por ejemplo, el 80% de la riqueza mundial está en manos del 20% de la población, - era la clave para hacer negocio. Lo importante no era informar de todo lo que ocurre en el mundo, sino de lo que más interesa a los lectores. Sin embargo, esto ya está cambiando. Tal y como afirma Chris Anderson en su libro, el fenómeno de Internet ha permitido que aumente la variedad de productos, de modo que caen las ventas de ciertos productos, pero aumenta el número de ventas en general. Se consume un poco de todo. En periodismo: las ventas de ediciones impresas descienden, muy poca gente adquiere las descargas en pdf... Por qué iba hacerlo cuando puede adquirir toda esa información en un blog cualquiera de manera gratuita. El número de perfiles de usuarios se amplía hasta el infinito. La gráfica sigue teniendo cabeza, pero la cola es sumamente larga.
Nosotros, ya seamos bibliotecarios o documentalistas, nos echamos las manos a la cabeza. ¡Y los libros, es que ya nadie piensa en los libros! Muestra de nuestra falta ingenio. No nos damos cuenta de que es el sueño de todo bibliotecario, de todo documentalista, lo que la biblioteca pregonó desde que se puso al servicio del pueblo y no como custodio del saber. Un mundo en el que la información es gratuita. Ese es el mundo de la larga cola y ese es nuestro campo de trabajo. Nuestra nueva biblioteca. Es hora de que desempolvemos nuestros intelectos y trabajemos en gestionar toda esa información, en crear las herramientas necesarias para ponerlas a disposición de esos infinitos usuarios. Además ahora sabemos que todo lo que hagamos servirá de algo, pues ya lo dice la regla del 98%, prácticamente todo lo que está disponible se consume. Ahora más que nunca es hora de olvidarnos de esas reglas de catalogación, de colocar libros en estanterías. Basta de quejas. Es una situación idílica, un momento clave para dar el salto, no debemos desaprovecharlo.

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