Ya les hablé en su momento del último foro organizado por la AAD. Escribí en un arrebato de rabia asqueado por lo que, en mi opinión, es un debate irrelevante. Ahora, en el DosPuntoCero acaban de publicar un post anunciando la creación del Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de la Comunidad Valenciana (COBD-CV) fruto de la unión entre bibliotecarios y documentalistas. Además cuentan con unos 250 socios de primera, algo que, aunque mejorable, está muy bien para una asociación recién nacida.
En la AAD, entre círculos y, evidentemente, fuera de lo que fue el foro, también se habló de asociacionismo y una eventual unión con archiveros y bibliotecarios. A día de hoy, y aunque de boquilla (por lo menos en la AAD) todo el mundo parece estar de acuerdo en la necesidad de una unión entre profesionales de una misma disciplina (no nos engañemos, todo es gestión de la información al fin y al cabo), dicha unión es totalmente imposible. Y esto, que parece sonar absurdo ante una profesión que parece estar en crisis, resulta absurdo.
El problema. Lo de siempre, la demagogia y los intereses personales acaban contaminándolo todo. Un poco de flojera, un poco de endogamia. Somos muy cerrados incluso dentro de nuestros círculos. Sencillamente no se entiende que haya en Andalucía tres asociaciones diferentes y muy sectoriales cuando el asociacionismo está decayendo. Cada vez los profesionales se asocian menos, y si lo hacen es porque ya no resulta ventajoso hacerlo. Entramos en disputas que no llevan a ningún, en terrenos que, a fin de cuentas, son parcelas que no llevan a ninguna parte. Tomemos nota de lo valencianos
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