domingo, 2 de septiembre de 2007

La bibliotecas del Reino Unido: una comparación odiosa

Hace ya tiempo que llevo pensando en escribir este post. Sin embargo la pereza propia del verano ha hecho que lo vaya dejando y dejando. Para no alargar más el asunto. Aquí va. Ya de vuelta en España (con eñes y todo) contaré otra de las cosas que más me han asombrado durante las vacaciones: las bibliotecas. En la ciudad en la que estaba había como veinte bibliotecas. La mayor parte de ellas de barrio, todas unidas por la cabecera, la Central Library ( de donde son las fotos).


Esta es un edificio del S. XVIII situado entre la Catedral y el Ayuntamiento. Un edificio de dos pisos, muy bonito y estructurado de manera muy inteligente.
En el piso de abajo se encuentran los libros de literatura, partituras musicales, cedés, películas, etc. Además hay dos puesto de referencia, una sala para los niños, un puesto de información para suscribirse a la biblioteca, una cafetería y unos ocho ordenadores (que se pueden utilizar un máximo de 1/2 h. diaria). Además, por todo el lugar hay situadas unas 10 estaciones de trabajo para consultar el OPAC de la biblioteca.


La planta de arriba está enfocada para el estudio y el trabajo. Una enorme sala de lectura, rodeada de estantes de bibliografía especializada. Junto a la sala de lectura, se encuentra la sala de microfilms, donde hay unos diez lectores de microfichas (que se utilizan y con bastante asiduidad, increíble). Cruzando esta sala se entra a la sala de ordenadores. Unas 40 estaciones intercaladas con estanterías llenas de revistas y bibliografía informática, están disponibles para todos los socios de la biblioteca que podrán hacer uso diario de ellas de un máximo de 2 horas diarias.

Otra cosa que también llama la atención es la gran cantidad de profesionales que trabajan de cara al público. Unas veinte personas más o menos. La amabilidad también es otro de sus puntos fuertes, puesto que se muestran con una actitud servicial, algo que a veces se echa de menos en las bibliotecas españolas.


Como podrán comprobar, comparar esta biblioteca con una biblioteca pública española resulta ridículo.

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