Internet y cómo asimilamos la información

Hoy en día, la información inunda nuestras vidas. Día tras día nos llegan miles de noticias hasta el punto de que nos desbordan y superan con creces nuestra capacidad de asimilación dando lugar a ese fenómeno denominado Infoxicación.
O no. Nicholas Carr ha expuesto una interesante teoría sobre la capacidad de adaptación del ser humano y de los cambios que se producen en el cerebro. Teoría que ya ha sido criticada pero solo en parte y que se hace más latente cuando en Escocia la SPTC (Scottish Parent Teacher Council) denuncia que la culpa del bajo rendimiento de los escolares se debe en parte a la Wikipedia.
Nicholas Carr, en su polémico artículo Is Google making us stupid?, indica que la forma de pensar de la gente, las células grises, están cambiando y evolucionando precisamente como respuesta a la cantidad ingente de información que consumimos al día. Como consecuencia, no sólo han cambiado nuestras costumbres, sino que también ha cambiado nuestra forma de pensar. Somos capaces de asimilar una gran cantidad de información, leemos de manera vertical y somos capaces de analizar y sintetizar, de descartar lo que no nos interesa. De estar al día al fin y al cabo, dándole más importancia a la inmediatez que a la profundidad.
Como consecuencia, nuestra capacidad de concentración se está mermando hasta el punto de que ya muchos reconocen su dificultad (antes inexistente) a la hora de sentarse frente a un texto que requiera cierta complejidad. De hecho Clive Thompson va a más y señala que no es solo el modo en el que consumismo la información, sino que hemos llegado a tal grado de dependencia de las tecnologías que ya no somos capaces de memorizar ni nuestro propio número de teléfono.
Pero los escoceses sospechan que tal vez el problema no radique ahí. El problema que tienen sus alumnos es que, a pesar de manejarse a las mil maravillas por la web y controlar perfectamente todo tipo de maquinita, no saben buscar y se conforman con lo primero que Google les muestra. ¿Suena de algo? Sí, era lo que denunciaba ya otra profesora que, en vez de buscar un remedio, prohibía directamente el uso de Google a sus alumnos.