lunes, 2 de febrero de 2009

Profesionales comprometidos (uno)

Actualización: ¡Qué desastre! Publiqué el post sin ningún tipo de enlace ni de referencia, muy mal, muy poco dospuntocerista  :-)

Tuve la suerte el pasado lunes de asistir a la recepción presidencial de María Cotera, del Career Development Group de CILIP, que será la primera presidenta no británica del grupo en sus más de 100 años de historia. Allí conocí a gente bastante interesante y también formas de trabajo y formas de ver el asociacionismo y el activismo bastante inspiradoras. De todas estas cosas espero escribir unos cuantos posts, porque resulta bastante complicado condensarlo todo en uno y creo que vale la pena compartirlo.
Creo que alguna vez lo he dicho, a mí las bibliotecas nunca me han llegado a interesar lo suficiente como para plantearme mi desarrollo profesional en esa línea, de hecho, mi experiencia en bibliotecas es nula, siempre que he tenido la oportunidad me he decantado por otras opciones. Sin embargo, citas como ésta invitan a la reflexión, pues te permiten conocer a personas que destilan tal entusiasmo y tanta vitalidad y ganas de trabajar y de cambiar las cosas, que te llenan de optimismo. Algo que, tristemente (aquí va mi opinión, que nadie escandalice) pocas veces se ve en los bibliotecarios, lo común (o la visión que ofrecen, al menos) es el victimismo, la queja constante y la crisis perpetua. Evidentemente, no se vayan a pensar que Spain is different y que los ingleses son tan maravillosos, ni mucho menos, la impresión que tengo es que, en general, discuten las mismas cosas que nosotros y tienen las mismas preocupaciones y, tal vez incluso, la misma actitud.
Voy a presentaros a dos profesionales comprometidos: Dave y Javier. Ambos bibliotecarios y ambos trabajan en sitios muy diferentes, pero su labor es la misma. En este post hablaré del primero y el segundo lo dejaré para otro día.
Dave es bibliotecario público en Portsmouth, allí trabaja con niños huérfanos que viven en familias de acogida. Afirma que solo el 1% de esos niños acabará yendo a la Universidad, al parecer con la crisis, su puesto y el de algunos de sus compañeros corre peligro. Estos niños no son de los que van a la biblioteca a hacer los deberes, como ustedes comprenderán. De modo que Dave se dedica a organizar miles de actividades para motivarlos y para que vayan a las bibliotecas: talleres de cómics, horarios nocturnos con actividades y juegos variados, clubes de lectura en pubs y un largo etcétera.
Dave considera que la biblioteca no tiene que centrarse tanto en los usuarios reales que tiene como en los no usuarios: aquella gente que vive en un ámbito totalmente opuesto a la educación y a la formación, por eso sus clubes de lectura tienen lugar en los pubs y no en la misma biblioteca, porque él no pretende que la gente que lee se junte para hablar de sus libros, sino que sea la gente que no lee normalmente, que son a fin de cuentas los que la biblioteca tiene que educar y formar.
A Dave lo conocí el pasado verano en Québec, también era la primera vez que él asistía al evento, y al parecer quedó bastante desencantado. La imagen que tenía de la IFLA no se correspondía en absoluto con la realidad. Entonces hizo algo muy típico en nuestra profesión: se quejó hasta la saciedad. Pero al contrario de lo que suele ocurrir, una vez se quedó con la boca seca de tanto quejarse, decidió actuar e intentar poner su granito de arena para que estas asociaciones (CILIP e IFLA) se parecieran más a lo que él había imaginado. Desde entonces se ha asociado a CILIP y es miembro activo del Public Libraries Group y especialmente, del Diversity Group, está organizando unas jornadas para junio de este año en colaboración con el Career Development Group para nuevos profesionales, escribiendo una comunicación para IFLA y otras muchas actividades resaltando el aspecto social de la profesión, que para la suya es esencial y que considera que no se tiene prácticamente en cuenta en las asociaciones profesionales.

2 comentarios:

  1. nadie se escandaliza, desafortunadamente así parece ser con muchos bibliotecarios y la "quejumbritis" también se padece en el gremio mexicano. Sin embargo, no todo es oscuro panorama, ahora que leo tu post, también me pongo a pensar en algunos colegas por este lado del planeta que están trabajando con entusiasmo dentro de las bibliotecas y hacen todo lo posible por dejar en buen nombre nuestra labor.

    Gracias por el post, es bueno dedicarles un espacio a colegas entusiastas.

    Saludos
    Veronica

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  2. Hola Verónica, es un placer verte por aquí.

    Si es que hay mucha gente muy buena en nuestro mundo, lo que pasa es que en vez de ensalzar las historias de éxito nos dedicamos a los problemas que hay. A veces es bueno pararse a reflexionar y ver que no todo es tan malo como lo pintan.

    Me alegro que te haya gustado el post.

    Un abrazo

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