martes, 17 de marzo de 2009

Cuando la tecnología deja de ser el medio

chickenblogHace un mes o así Bob McKee, director ejecutivo de CILIP   escribió en su blog acerca de si CILIP debiera tener presencia en medios como Twitter. Se planteaba no solo si una institución debe tener presencia en la red social que, al fin y al cabo, es una red informal (no es la vía por la que se toman las decisiones, digamos), sino si debía abrirse cuentas en espacios que no controla, en espacios que no pertenecen a CILIP. La respuesta no se hizo esperar y Phil Bradley respondió indignado ante las reservas que desde CILIP se muestran (hasta hace poco sólo podían comentar en sus blogs los miembros de la asociación), Bob tomó nota y parece que CILIP está planteándose entrar en la red social.

Sin embargo, muchas de las cuestiones que se plantearon no dejan de ser bastante relevantes, sobretodo me llamó la atención aquello del medio por el que una institución debe comunicarse con sus clientes, usuarios, socios o como se le quiera llamar. Da la sensación de que muchas bibliotecas y asociaciones se empeñan en estar al frente de la innovación con su Twitter, blog, perfil en Facebook, cuenta en del.icio.us, página en Netvibes y seguramente que hasta podcast, sin llegar a plantearse si realmente es útil o no para sus usuarios, si realmente tiene interés y si responde a una demanda o necesidad previa.

Este no es un post no pretende ser fatalista del tipo Is Blogging Dead? que tanta cola trajo, pero si que pretende invitar un poco a la reflexión. Meredith Farkas hizo hace unos días una presentación para la ACRL Virtual Conference en la que ponía de manifiesto las razones que según ella llevan a que la llegada de lo dospuntocero sea un fiasco en las bibliotecas. En su blog analizaba cada una de ellas:

  1. Normalmente la iniciativa 2.0 no está ligada a los objetivos de la institución y no tiene cabida a la hora de llevar a cabo la planificación bibliotecaria
  2. Muchas bibliotecas se meten en todo esto por anotarse un tanto, no pretenden más que demostrar que están al día
  3. En algunos casos se trata del juguetito de algún trabajador, no está sujeto a la dirección
  4. Montar un blog se hace en cinco minutos, mantenerlo ya es otra historia

Yo añadiría a esto una última razón: muchas veces uno se mete en todo esto porque parece que es la gran revolución, pero no se trata más que de una herramienta y no tiene porqué serle útil a todo el mundo.

2 comentarios:

  1. Hola Nicolás,

    Suscribo totalmente lo que señalas en tu post. Imagino que nos encontramos en la parte alta de la curva de aprendizaje, cuando todo el mundo se lanza hacia la utilización de estas herramientas sin saber si el retorno va a ser el suficiente o si su aplicación va a ser útil.

    En cualquier caso, sobre Facebook, hay que tener presente que se está convirtiendo en una parte de la Internet Invisible por lo que puede ser que de momento haya que estar.

    Por supuesto que hay que trazar una política de innovación ante las nuevas herramientas que vengan surgiendo y es que la biblioteca 2.0 no es correr para convertirse en un early adopter de todo lo que surja, sino tener un poco de criterio a la hora de trasladarlo a las bibliotecas.

    Ya veremos en qué acaba todo esto.

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  2. La lástima es que tal vez no acabe más que en algo anecdótico ya que no se está planteando seriamente la utilización de estas herramientas.

    En cuanto a lo que dices de Facebook, no estoy del todo seguro. ¿Es lógico que una institución deposite su información en servidores que pertenecen a una empresa privada? Lo normal sería que habilitaran un espacio dentro de su web, ¿no crees?

    Un abrazo!

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