Resulta verdaderamente espeluznante comprobar la magnitud que está alcanzando el fenómeno de las redes sociales. No sólo ha abordado ya el ámbito del ocio sino también el de trabajo, y cada vez es más frecuente encontrarse con colegas profesionales que la utilizan para comunicarse entre sí. Los colegios invisibles ya no lo son tanto y si red social es el nombre genérico, Facebook es el nombre propio.
El culpable de esta fiebre en la que estamos todos sumergidos es Mark Zuckerberg, un joven estudiante de la Universidad de Harvard que no sabía cómo ligar con las chicas de su curso y se inventó la manera perfecta de conocer sus gustos, si tenían pareja o simplemente de cotillearles un poco. El último caso de éxito de la Web 2.0 (por llamarlo de alguna manera) donde llega un listo y pone una plataforma para que hagamos lo que siempre hemos hecho de diversas formas y la llenemos de contenido mientras se enriquece a nuestra costa. Sencillo, fácil y transparente.
Facebook is based on the idea of sharing
En una entrevista para The Guardian, Zuckerberg resume de manera sencilla la clave de su éxito. ¿Por qué todos usamos Facebook? ¿Por qué no otra red social? Porque en ella podemos registrar toda nuestra actividad, publicar un post en Blogger o Wordpress, compartir un enlace en delicious, twittear o colgar una foto en Flickr, algo que no han logrado integrar con tanta eficacia el resto de redes sociales. A fin de cuentas, dejar que la gente comparta lo que quiera y como quiera.
"Sólo es una herramienta", replicaba Javier Leiva en los comentarios de su archiconocido post refiriéndose a hotmail (creo haberle leído referirse así también acerca de los blogs) y es que esa es la maravilla de Facebook, es una herramienta que inspira y que permite a cada uno hacer lo que le dé la gana con ella: grupos de profesionales, servicios bibliotecarios, o personajes inventados.
Pero no sólo eso, el hecho de que se esté unificando en cierto modo el canal de comunicación de las personas abre una importante brecha para la investigación. De igual modo que hace menos de un año se comenzaba a investigar sobre las relaciones que se establecían entre los blogs [pdf] hasta el punto de identificarse un pequeño nicho como es el de la biblioblogosfera, ahora se podrán establecer relaciones personales o profesionales, se podrán identificar colegios invisibles, reabriendo de paso un viejo debate sobre la privacidad de las redes sociales.